100 días de relatos (24): Expedición


A pesar de que me decidí a viajar para otros fines que no logré completar, no me arrepiento de haber llegado hasta aquel lugar.

Mi pasión por la naturaleza y el descubrimiento de especies nuevas y extrañas me llevó a embarcarme en la expedición a la Tierra Nueva, aun conociendo los terroríficos testimonios de los que habían regresado y las historias que se contaban acerca de los que nunca volvieron.

Cuando oí de la invitación a exploradores y aventureros no lo pensé dos veces. Junté lo poco que tenía y me fui, acompañado por mi primo, al puerto.

El viaje duró varios meses, los que aproveché para revisar libros sobre plantas y empezar a escribir la introducción del mío.

Al llegar a la costa nos separamos. Desde allí no he vuelto a saber nada de los demás. Con solo llegar me encontré tanta variedad de flora que no paré de caminar hasta que oscureció. Recién en ese momento, por pedido de mi primo, paramos para descansar. Se suponía que debíamos regresar al barco a la mañana siguiente, pero no encontramos el camino de regreso. Decidimos seguir el cauce del río. Caminamos por varias horas, rodeados de plantas y más plantas. A eso de mediodía nos sentamos a descansar sobre un muro hecho de piedras. No me percaté del lugar sobre el que estaba hasta que divisé a un hombre a lo lejos.

Nota: Este relato corresponde al martes 28.
Rodrigo

Agustino recoleto, lingüista y lector. Blogueo sobre libros en @eglblog.
💘📖 "Heriste mi corazón con tu palabra y te amé" (Conf. 10, 8).
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