Podía haber tomado el bus, pero necesitaba un tiempo para sí misma. Le gustaba ahorrar toda la semana para darse el gusto de tomar un taxi los viernes.
Nunca hubiera podido imaginar que fuera posible trabajar tanto, pero era necesario. Los precios se incrementaban cada vez en mayor cantidad, lo que no ocurría con los sueldos. El dinero desaparecía más rápido que un suspiro; todo se iba en los pagos.
Sara y su esposo habían pensado en tener un hijo, pero cada día que pasaba les presentaba nuevas trabas…
Nunca hubiera podido imaginar que fuera posible trabajar tanto, pero era necesario. Los precios se incrementaban cada vez en mayor cantidad, lo que no ocurría con los sueldos. El dinero desaparecía más rápido que un suspiro; todo se iba en los pagos.
Sara y su esposo habían pensado en tener un hijo, pero cada día que pasaba les presentaba nuevas trabas…
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100 días de relatos