

-No faltan muchos kilómetros para que lleguemos al pueblo. Si levantamos el campamento ahora mismo, estaremos allí para el desayuno.
Empezamos a juntar nuestras cosas y montamos en los caballos. Me sentía tremendamente agotado, pero la ilusión de regresar a mi hogar hacía que todo mi dolor desapareciera. ¿Qué diría mi hermana al verme?
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100 días de relatos