El grupo avanzaba rápido a pesar del cansancio por la guerra y el enorme esfuerzo físico que había significado cruzar todo el continente. Nadie lo decía, pero muy en el fondo deseaban no encontrar nada; el capricho del rey los haría vivir lejos de sus hogares por mucho más tiempo que lo que habían planeado.
Cuando estaban a solo unos kilómetros del lugar, pudieron constatar que los conflictos entre los reinos habían llegado más allá de los límites planteados por los cortesanos. Efectivamente, allí estaba el monasterio que el monarca quería hallar, o, mejor dicho, lo que quedaba de él. Debía haber sido destruido hacía mucho, porque los robles ya se habían apoderado de las ruinas.
Nota: Este relato corresponde al domingo 26.
Cuando estaban a solo unos kilómetros del lugar, pudieron constatar que los conflictos entre los reinos habían llegado más allá de los límites planteados por los cortesanos. Efectivamente, allí estaba el monasterio que el monarca quería hallar, o, mejor dicho, lo que quedaba de él. Debía haber sido destruido hacía mucho, porque los robles ya se habían apoderado de las ruinas.
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