

La muerte causa dolor, nadie lo niega, pero también une a los seres humanos. Cuando ves que alguien pasa por lo mismo que tú o que alguien a quien conoces, no te importa quién sea, solo te preocupa tratar de disminuir su dolor, haciéndole que lo acepte poco a poco.
Yo no he nacido con el don de consolar; se me hace muy difícil. Aun así, hoy di el primer paso.
Etiquetas:
100 días de relatos