"Hakuna ¡Viva la vida!", de José María Sánchez Galera y José Pedro Manglano


"Reviento de amor, estoy temblando de gozo.
Te como con la mirada, estás aquí y no estás solo.
Cada lágrima, cada risa, en mi memoria se han grabado,
cada detalle de tu cuerpo y de tu alma fueron pensados.
No creo que aguante más contenerme aquí detrás.
Quiero entrar, hacerte mío, curar tu herida si me la das.
Si por un segundo vieras cómo te miro,
no querrías ver nada más".

Letras tan profundas y cercanas como esta, acompasadas con diversos ritmos muy actuales -tan actuales que los podríamos escuchar en cualquier emisora de radio hoy en día- son los que han permitido que las canciones de Hakuna alcancen a muchísimas personas, tanto dentro de la Iglesia como fuera de ella. A miles de personas el Descubrimiento semanal de Spotify les habrá recomendado alguna de las canciones de Hakuna Group Music y las habrán disfrutado junto a otras de los artistas y géneros más variados, quizá incluso sin prestar mucha atención a la letra y sin darse cuenta de su marcada impronta creyente. Lo que probablemente muchos de ellos no sepan es que esta música no solo "suena bonito", sino que su profundidad viene de que detrás de ella hay comunidades de creyentes católicos que tratan de expresar a través de ella lo que experimentan en su vivencia cristiana y que vibran en la oración con cada una de sus sílabas y notas. En sus propias palabras, comunidades de personas que viven lo que cantan y cantan lo que viven.

Sus canciones son solo como la punta del iceberg que es Hakuna.

La primera vez que oí hablar de Hakuna fue a propósito de su música. Estoy seguro de que esta es la manera en que muchísimos más han llegado a conocer este movimiento. Estas canciones, que han brotado de la oración de los que comparten este carisma, con mucha facilidad tocan las fibras de las personas más distintas. Sin embargo, ellas son solo como la punta del iceberg que es Hakuna.

El papa Francisco describió a este movimiento como una familia eucarística, y en esta expresión encuentran sus miembros un buen reflejo de lo que son y viven: "familia postrada y arrodillada en medio del mundo, que se empapa de la Vida que brota del cuerpo glorioso de Cristo, es decir, de la Eucaristía, Vida que, procediendo del Hijo, no quiere dejar de estar presente en ningún ámbito del mundo". Lo que empezó como una pequeña familia eucarística en Madrid se ha extendido a muchas otras ciudades en pocos años.

Una publicación que se propone contar el ser y la historia de una asociación puede terminar siendo en muchas ocasiones algo destinado únicamente a quienes forman parte de aquella o se sienten identificados con ella, y para los demás, un libro sin mucho atractivo, denso y hasta aburrido. Los lectores en cuyas manos cae un libro de este tipo seguro encontrarán difícil seguir algunas de las conexiones que se hacen o entender la relevancia de los hechos que se comentan. Hakuna ¡Viva la vida! quiere permitir que nos adentremos en el universo de esta asociación católica y lo hace procurando transmitir la Vida que se mueve a través de diversas manifestaciones en las vidas de sus miembros. Yo creo que lo consigue.


Al contrario de lo que podría ocurrir con libros de este tipo, esta 'biografía' de Hakuna no se limita a ser una enumeración de los 'éxitos' numéricos que a los ojos de los medios y de la sociedad en general ha logrado este movimiento, que no son pocos, por cierto. Escrito al cumplirse los primeros diez años de la existencia de Hakuna -el contexto de la Jornada Mundial de la Juventud en Río de Janeiro en el año 2013 fue testigo del nacimiento 'oficial' de esta asociación-, Hakuna ¡Viva la vida! plantea a quienes solo conocen esta asociación de oídas que se dejen guiar por los testimonios tanto de personas que han vivido desde dentro los hitos principales que han marcado la difusión de este nuevo carisma dentro de la Iglesia -principalmente, el del sacerdote José Pedro Manglano, quien ha estado presente desde los orígenes de Hakuna, pero también de algunos jóvenes pringados, es decir, que viven y comparten la espiritualidad de este movimiento- como del de alguien que observa desde fuera lo que es hoy en día Hakuna -el periodista y escritor José María Sánchez Galera. Es cierto, no obstante, que por más que el periodista no es un pringado, por la manera en que sabe enfocar y presentar lo que ve y oye podemos darnos cuenta de que no desconoce de qué trata lo que vive la gente que forma parte de Hakuna.

La articulación de los diversos aspectos que desarrolla el libro y el grueso de la redacción corren por cuenta de Sánchez Galera, y aparecen en cada capítulo aportes de don Josepe, como es llamado José Pedro Manglano entre los que lo conocen. Estos últimos se distinguen en el texto por la tipografía y el color, que realmente contrasta con el resto de la redacción (es de una tonalidad anaranjada que llega a deslumbrar un poco si hay mucha luz en el entorno). También se incluyen numerosos testimonios de la experiencia vivida por varios de los jóvenes que han participado en los compartiriados, en las adoraciones, en los revolcaderos o en los God stops.

Una de las cosas que me pareció más bonitas fue el saber algo más de cómo se fueron gestando desde el inicio.

A pesar de que me acerqué al libro con algo más de conocimiento sobre Hakuna que el que tenía cuando solo los conocía por sus canciones, este libro me ha permitido conocer de primera mano cómo los miembros de Hakuna ven y entienden las diversas actividades en las que participan. Una de las cosas que me pareció más bonitas fue el saber algo más de cómo se fueron gestando desde el inicio. Como reconoce don Josepe, "de alguna manera, Hakuna estaba allí [en los años 2012 y 2013] sin desarrollar y luego ha ido desarrollándose y tomando forma y tomando palabras". En pocas palabras, en estos diez años han cambiado algunas cosas, pero lo central de su forma de seguir a Jesucristo se mantiene allí.

Las letras de algunas de las canciones más conocidas de Hakuna sirven de pretexto para que Sánchez Galera se detenga a desarrollar un poco más los rasgos principales que identifican a este movimiento. Tener las melodías en la mente mientras se acompaña la narración (o buscarlas en internet y tenerlas de fondo) ha sido una experiencia muy buena. Además, como mencionan ambos autores y se puede percibir a lo largo de todo el libro, la música no es un añadido a Hakuna, sino que es expresión irrenunciable de lo que se vive en cada encuentro con el Señor y entre los miembros del movimiento: "Hakuna es música y Hakuna es vida de fe".

Si ya han oído hablar de Hakuna o de su música, seguro que Hakuna ¡Viva la vida! les parecerá muy interesante. Como decía al inicio, no se hace para nada denso. Por el contrario, de los testimonios recogidos en sus páginas brota una energía que contagia al que los lee. Si no conocen nada de este movimiento, pero les da curiosidad conocer algo de él, un excelente punto de partida son sus canciones. Lo que ellas transmiten les puede hablar muy bien de lo que los pringados viven (o intentan vivir) en su día a día.

De cualquier manera, la breve -aunque fructífera- historia de Hakuna hasta el momento narrada por estos testigos directos de los hechos es otra manera de recordarnos la importancia que tiene el que todo lo que hagamos tenga un sentido más allá de sí mismo: invita a no olvidar el amor primero, a no perder la esperanza y a buscar ser más conscientes de cómo en las pequeñas cosas de cada día podemos encontrar las huellas de un Amor más grande que nos sale al encuentro.

(Les dejo una de mis canciones favoritas de Hakuna, por si se animan a escucharla con otra voz 😉).


Título: Hakuna ¡Viva la vida!
Autor: José María Sánchez Galera y José Pedro Manglano
Año de publicación: 2023
Editorial: Ediciones Martínez Roca
ISBN: 9788427051218
Páginas: 226
Formato: Tapa dura
Ficha del libro

Rodrigo

Agustino recoleto, lingüista y lector. Blogueo sobre libros en @eglblog.
💘📖 "Heriste mi corazón con tu palabra y te amé" (Conf. 10, 8).
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